Tú, ¿sabes cuidar tu cuerpo?
12.05.2010 20:14A partir de las siete de la tarde
Desde el latir de nuestro corazón, y acompañando el movimiento lunar cada veintiocho días, la vida de todos los seres vivos, está sometida a los ciclos biológicos.
Nuestros órganos también se ven regidos por un reloj interno, según el cual hay momentos de máximo rendimiento y actividad y otros de reposo de su energía.
En la medicina tradicional china, es de siete a nueve de la noche, la franja horaria en la cual el estómago se encuentra en un momento de mínima energía. Este es el motivo por el cual se puede sentir la necesidad de ingerir algún alimento, y es este el período de tiempo más equilibrado y saludable para cenar, pues el sistema digestivo necesita recibir alimentos para equilibrarse. Recordando esta información y siguiendo pocas reglas tendrás, algunas horas por delante, antes de entregarte al descanso de la noche.
Respetando el orden de hacer desayunos variados y sustanciosos, y cenas moderadas, es que entrarás en armonía con tu reloj interno. Por la mañana todos los órganos están pletóricos y necesitados de un buen desayuno y a partir de las siete de la tarde tu organismo -aunque no te des cuenta- se empieza a preparar para el reposo, enlenteciendo su metabolismo
No olvides un antiguo aforismo que refleja con gracia y sabiduría este concepto:
“Debemos desayunar como un rey, almorzar como un burgués y cenar como un mendigo”
Además de cenar moderadamente, el hacerlo temprano garantiza una mejor digestión y asimilación de los alimentos, evitando sobrecargar al hígado, padecer hinchazones y flatulencias que trastornan el sueño.
Comer más a menudo mantiene el nivel de glucosa en sangre más constante, evitando los momentos de desánimo y cansancio que a veces se tienen unas horas después de comer. Es necesario para ello detenerse un momento y hacer un bocadito a media mañana y otro a media tarde –a parte de las tres comidas principales, claro!-.
El hábito de merendar una fruta, unas pocas nueces y avellanas y/o un yogurt, te hará sentir con más ánimo durante la tarde y resultará más fácil cenar menos cantidad.
¿Qué alimentos elegir para la cena?.
Evita los embutidos y fritos que dificultan la digestión durante las horas nocturnas.
Escoge frutas de estación, pan integral y un trozo de queso. Una sopa licuada hecha solo de verduras. Es una combinación sana y depurativa.
Cereales integrales ayudarán a conciliar el sueño.
Por su riqueza en vitamina B nutren y calman el sistema nervioso.
Arroz integral sumado a una ensalada es una perfecta opción para la cena. Es un buen diurético natural. Los cereales consumidos en grano nutren y no engordan.
Mastica detenidamente cada bocado e ingiere poco líquido durante las comidas. Al masticar más y mejor te sentirás saciado con menos.
Para aquellos que quieren perder algunos kilos la cena siguiendo estas fáciles indicaciones, será el camino simple para lograrlo.
La propuesta que aquí dejo.
Es una invitación a la auto-observación de tu cuerpo, la forma como te sientes antes y después de respetar estos pequeños consejos.
Observa la relación entre como cenas y como te levantas al día siguiente:
¿Tienes la boca amarga y pastosa?
¿Cómo está tu humor, malhumorado o alegre?
¿Cómo sientes el cuerpo, pesado o vital, con ganas de empezar el día?
No solemos relacionar lo que cenamos con cómo nos sentimos al iniciar el día.
La verdad es que cenar sano y leve te aportará bienestar físico y mayor alegría interior al comenzar tu día. Sentirás la mente despejada y las ideas claras. Tu cuerpo-mente guardarán una relación armónica ante el cuidado que le has dedicado a tu organismo.
Te invito a probar y cambiar tus posibles malos hábitos por otros que potencian la salud, la energía y la alegría de vivir.
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